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Arroz Thai `Nhem tadeua´

Íñigo Aguirre de Umami-Madrid es el que cocina mezclando ingredientes españoles y asiáticos, a veces usando ingredientes tan normalitos como un buen pollo francés u otros mucho más raros como tendones, lengua y cartílagos, el que fermenta arroces, convoca cenas clandestinas o se descubre como un estudioso de la cocina que profundiza en técnicas nuevas y milenarias. Ese, y muchos otros, es Iñigo Aguirre, conocido también como @umamimadrid desde que abrió su blog Umami Madrid, en el que no deja de sorprendernos y animarnos a cocinar de otra manera.

El nhem tadeua es uno de los platos de arroz más sorprendentes que conozco. Es una preparación clásica de Laos, un país del sudeste asiático, casi desconocido, y más aún su gastronomía, interesantísima y sorprendentemente sofisticada.

En un primer momento uno puede pensar que se trata de un sencillo salteado de arroz, pero es mucho más complejo de lo que a primera vista parece; combina un arroz muy jugoso con otro muy, muy, muy crujiente. Primero va cocido, luego se adereza, se forman bolas y se fríe, consiguiendo un crujiente delicioso – una especie de socarrat asiático; luego se adereza y ya está listo para comer acompañado de lechuga como bocadillo que envuelve el arroz de una frescura deliciosa.

  • 31 - 60 minutos
  • Baja
  • Sirve 4

Método

Ingredientes

Ingredientes

  • Para hacer las bolitas:
  • 400 gramos de arroz de jazmín Thai de Sundãri
  • 1 cucharada sopera de pasta de curry rojo tailandés
  • 4 cucharadas de crema de coco (la parte más densa que encuentras flotando en una lata de leche de coco si la abres sin agitar)
  • Sal
  • 1 cucharada de azúcar
  • 4 cucharadas de harina
  • 2 huevos batidos
  • Aceite para freír
  • Para aliñar el arroz:
  • 3 cebolletas chinas o, si no encuentras, puedes sustituir por cebolleta normal
  • 1 cebolla grande y roja picada muy finita
  • Cilantro al gusto
  • Menta picada (también al gusto)
  • Cacahuetes tostados en una sartén sin aceite y triturados de forma tosca en un mortero
  • Un pepino pelado y sin las semillas del centro (ayúdate con un descorazonador de manzanas para quitarlas) y cortado el láminas de medio cm de grosor.
  • Guindilla al gusto
  • Jugo de lima al gusto
  • 2 contramuslos de pollo cocido y cortado en dados de un centímetro.
  • Para acompañar:
  • Una lechuga grande y jugosa (la trocadero es una de mis variedades favoritas por su crujiente y sabor, así que esta o, en su defecto, cualquier otra que te guste).

Método

  1. Lava el arroz en agua, removiendo con la mano hasta que el agua adquiera un tono lechoso, deséchala y repite la operación hasta que no salga turbia.

  2. Echa el arroz en una olla y añade agua fría hasta que cubra unos 3 cm por encima del arroz. Tapa y calienta al fuego y cuece unos 11 minutos, contando desde que empiece a hervir.

  3. Retira del fuego y, cuando esté templado, mezcla el arroz con la pasta de curry, la crema de coco, la sal y el azúcar y forma unas bolitas del tamaño de una pelota de golf.

  4. Reboza las bolitas, primero en harina y luego en huevo, y fríe en el aceite (a unos 180ºC) hasta que queden bien doradas.

  5. Deshaz las bolitas, separa la parte más jugosa y húmeda del arroz de la crujiente y reserva este arroz «tierno» aparte.

  6. Toma las cortezas crujientes de las bolitas y vuelve a freirlas hasta conseguir un doble dorado.

  7. Mezcla el arroz tierno que habías reservado con las cortezas de arroz crujiente y añade el resto de ingredientes menos la lechuga. Mezcla bien.

  8. Prueba el arroz, debería saber ligeramente picante y un poco ácido. Rectifica si fuera necesario.

  9. Final: sirve en una fuente y acompáñalo con las hojas de lechuga para que cada convidado coja una hoja, añada la cantidad de arroz que quiera, la enrolle y se la tome disfrutando de cada bocado.